tag:blogger.com,1999:blog-50527813259747619762024-03-13T19:08:00.442-05:00TranseunteUn blog discontinuo, por Fernando LoyolaFernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.comBlogger29125tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-76868417530417412302015-08-03T23:13:00.001-05:002015-08-03T23:13:55.553-05:00En defensa de la TristezaLuego de leer los cientos (sí, cientos) de comentarios positivos sobre la película IntensaMente (Inside Out) de personas tan diversas, decidí verla por curiosidad, cosa que no ha pasado con la mayoría de películas de Pixar, de las cuales me confieso - orgullosamente - un casi completo desconocedor.
Al terminarla, me quedé con una sensación de reivindicación inmensa: Tristeza no solamente Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-67547836831058494332014-09-04T22:52:00.002-05:002014-09-04T22:53:39.951-05:00A merced
He cambiado el inicio de estas líneas más de una docena de veces. Y es que este breve e impreciso anecdotario queda corto para todo lo que podría decir al respecto. Podría ir hasta mi casette de La Más Más del '87 (canjeado con cojines de shampoo) y el Mix Soda, que escuché hasta que la cinta cedió al punto de convertirse en una versión más oscura y decadente de la ligereza de aquellos años. Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-47619649777921103852014-06-15T01:24:00.000-05:002014-06-15T01:24:33.728-05:00Los dos solos...Entro a casa sin hacer demasiado ruido (es imposible no hacer ruido con la maleta y los zapatos y demás). El avión tuvo un ligero retraso, pero ya estoy de vuelta. Un día subirás a un avión y quizás te guste tanto como a mí. O más. Duermes y eso es bueno. Al menos eso significa que la tos no te está molestando en esta noche semi húmeda que hace un poco más lenta la mejoría de tu resfrío. Por ese Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-72298078422152730702013-09-30T03:49:00.000-05:002013-09-30T03:49:02.100-05:00¡Oye, Esteban!
Son las 3.50 a.m., e increíblemente esta noche estás dejando dormir a mamá. Gracias por eso.
¿Sabes? Dicen que aún no estás listo para salir, que tienen que pasar todavía unos cuantos días, pero eso a ti no te importa, y pateas, y empujas y te esfuerzas por ver cómo es todo acá afuera. Quizás sea momento para contarte algunas cosas, antes que alguien más se me adelante, o que tus ojos - como Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-51071977173553724222013-06-19T21:18:00.000-05:002013-06-19T21:18:03.286-05:00De gatos suicidas y gallinazos enamoradosHace unos días, cuando el gris retomada por asalto su ciudad de procedencia - ganando una batalla, mas no la estación, que le es esquiva hasta este momento - dos escenas en la misma vía rápida en menos de cinco minutos se encargaron de recordarme que hacía buen tiempo que no volvía a esta bitácora.
En una curva, en ese espacio de tierra que divide lo que va de lo que viene, el cuerpo de un gato. Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-77403325890292229262012-09-07T12:30:00.003-05:002012-09-07T12:33:54.103-05:00De por qué el transeúnte necesita dejar de andarEn algún momento, mientras todos estábamos distraídos probablemente, un desconocido se encargó de llenarnos la cabeza con deseos de competitividad ilimitada que de pronto nos conducen hacia esa necesidad desmedida de echarse a correr. Y quizás, como suelo decir, no quería hacernos daño, es más tenía una buena intención, que con el tiempo - y el descuido - se le fue de las manos.
Lo cierto es queFernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-46143606658298919102012-08-29T11:16:00.004-05:002012-08-29T11:16:37.149-05:00El hombre y el sueño de no ser el único animal conscienteEn el asiento plástico, frío e incómodo - pero aún así, amable - de un aeropuerto, leí por primera vez The Cambridge Declaration on Consciousness, documento en el que científicos - no solamente del campo de las neurociencias - soportan la idea de que los animales no humanos tienen procesos análogos a los de nuestra consciencia. Pudo ser uno más de los artículos que reviso sin mucho interés, pero Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-46958978051496002822012-08-26T06:41:00.001-05:002012-08-26T13:37:02.541-05:00Identidad sin generalidadAyer por la tarde salí a pasear por una de mis ciudades favoritas. Cuando se trata de un viaje de trabajo, difícilmente puedo darme ese pequeño lujo por lo ajustado de los itinerarios, pero afortunadamente no encontré avión de regreso para ayer mismo (y por eso estoy escribiendo ahora, que el cielo aún no azulece, desde el aeropuerto)
Caminando entre vendedores de artesanías me encontré con un Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-58610370032420851452012-02-09T00:25:00.003-05:002012-02-09T01:21:05.764-05:00La invisible música de los momentos inmóviles
Hace ya buen tiempo aprendí que la memoria es caprichosa, y entre sus caprichos, el que me resulta más difícil de manejar es el que indica que algunos contenidos básicos estarán relacionados a través de raíces - enmarañadas y resistentes - a emociones y sentimientos particulares, difíciles de disolver. Este capricho podría quedar en simple anécdota, de no ser porque nos expone a situaciones pocoFernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-51258523288273750032010-08-27T22:00:00.004-05:002010-08-27T22:13:23.409-05:00Sólo hacer por hacerUna buena noche de hace un par de décadas, decidí sentarme – o acostarme, no lo recuerdo bien – a escribir. Trabajaba sobre hojas sueltas, la mayoría de ellas impresas por una de sus caras, que heredaba de Papá Nica, mi abuelo materno, que trabajaba para una imprenta del gobierno. Entonces, en el lado B de formatos del Estado que no habían pasado el control de calidad, estampé mis primeras Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-43236012843746858422010-05-11T01:03:00.008-05:002010-05-11T01:28:24.295-05:00Y si todo tiempo pasado fue mejor... <!--[endif]--> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-3642526664773827292010-05-02T15:03:00.006-05:002010-05-02T15:25:11.936-05:00El rol de quien desea hacernos malPiensa en una persona que hoy te quiso hacer daño. Y que no se trate de un encuentro fortuito o una situación pasajera. No. Piensa en esa persona que parece que encontró el sentido de su vida en hacer la tuya simplemente imposible. Y lo disfruta. ¿Cuál sería la verdadera razón por la que alguien, sin aparente motivo, decide hacer de nosotros víctimas para convertirse en victimarios orgullososFernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-5477033876166591132009-10-10T00:22:00.003-05:002009-10-10T01:00:02.608-05:00Y ahí va... (Una letra para que la cante Mercedes)A mamá siempre le gustó cantar. Creo que por eso me gusta a mí. Y creo que por eso conocí a Mercedes. Mamá me la cantaba de pequeño, y sólo a veces me la hacía escuchar. No por egoísta, y mucho menos por estricta, sino porque casi no tenía casettes. Y menos long plays. Por eso, para escucharla, había que esperarla en la radio.Sé que la conoció en la universidad, y que la hizo suya para Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-81341753810690686862009-09-02T23:36:00.009-05:002009-10-10T01:01:08.341-05:00Deberías saber por qué... (Relato inconcluso en tres escenas)Escena 1Lo vi a través de las cámaras de un noticiero que me resultaba completamente nuevo, tocando por primera vez luego de meses, en un pequeño escenario, en medio de una plaza que no era para nada el lugar en el que me lo había imaginado. Y allí estaba, volviendo a la vida, habiéndole ganado a quien lo tuvo prisionero por décadas. Era él. O quizás no. Quizás era alguien nuevo, a quien nunca Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-21407382567658561212009-06-13T21:35:00.005-05:002009-10-10T01:21:09.437-05:00La conexión en medio de la distancia y la multitudRevisando mis cosas, me di cuenta que tenía este post, de junio, a medio hacer, así que, como buen creyente que soy del destino y sus intenciones, decidí matar mi abandono, y acabarlo. Aunque no sé si era esto lo que en realidad quise decir.Jueves, 10.00 p.m. Somos un grupo pequeño pero entusiasta. Estamos allí, en primera fila, quienes esperamos a quien fuera nuestro ícono de adolescencia y Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-43307628765807809382009-02-28T01:31:00.009-05:002010-05-02T15:59:12.792-05:00Del por qué somos transeúntes y otros menesteres de la ruta (parte 3)De la marcha incesante que no es resignaciónImaginemos ahora que en realidad no tenemos un lugar donde vivir. Que hemos sido desterrados por algún delito que no comprendemos bien, y recordamos peor, por el que hemos sido condenados a vagar sin remedio. Y allí estamos. Sin pertenencias, resignados a transitar sin rumbo hasta el fin de nuestros días. Asi estaba escrito, y así habrá de ser. ¿No Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-55221890205219523642009-02-28T00:37:00.007-05:002009-02-28T02:39:18.556-05:00Del por qué somos transeúntes y otros menesteres de la ruta (parte 2)La dinámica espacio - temporal del transeúnteUna de las variables curiosas que definen al transeúnte es la pecular forma en que vive los conceptos de tiempo y espacio. Si retomamos el discurso previo (con las disculpas del caso por la demora y el agradecimiento a quien recordó la deuda pendiente) recordaremos que el transeúnte lo es en tanto reconozca su naturaleza transitoria y transitable en Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-85756245561576126062008-11-12T08:40:00.010-05:002009-02-28T01:59:41.967-05:00Del por qué somos transeúntes y otros menesteres de la ruta (parte 1)(Probablemente sea un poco larga la explicación solicitada por algunos amigos, motivo por el cual la dividiré en tres partes... Disculpas por eso, y por mi irremediable aversión a lo breve)Quizás uno de los principales motivos por los que sufrimos sea el sentimiento de pérdida. es más, podríamos reducir el terreno del sufrimiento a esa única razón. Como ejercicio simple, piensa en un momento enFernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-74938886425236933532008-10-20T23:47:00.005-05:002009-02-28T02:00:14.995-05:00En realidad hay muy poca genteEs la séptima vez seguida que miro el vídeo e inevitablemente vienen a mí nuevas escenas de cada uno de esos momentos complicados en los que me he sumergido peligrosamente durante todos estos años, en los que, afortunadamente, siempre ha habido alguien que se ha encargado de rescatarme, quizás no temprano, pero sí lo suficientemente pronto como para evitar un mal mayor. Y luego vienen a mí las Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-15811634948101582762008-10-06T20:57:00.004-05:002009-02-28T02:00:57.589-05:00En medio del ruido habitual de una sesión de caso En estos momentos, frente a mí, 35 personas conversan en voz alta. Están resolviendo un caso en el que, a partir de sus decisiones, podrían llevar una empresa a la ruina. O hacerla crecer. Las 35 personas se han tomado muy en serio el rol de personajes clave de sus respectivas instituciones inexistentes, y en estos momentos discuten sobre las implicancias de cada uno de sus próximos pasos. Este Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-74952601169747244532008-07-21T08:24:00.008-05:002009-02-28T02:01:52.284-05:00Consideraciones importantes para antes de empezar a creer en la suerte En “La suerte está echada” (2005), Sebastián Borensztein nos presenta la historia de un actor que resulta ser una especie de imán para la mala suerte. Y la película va mostrando lo que podría parecer la confirmación de esta idea: Felipe, el actor (el imán, el “mufa”), realmente es presa de una maldición que lo habrá de perseguir hasta el final de sus días.No obstante, en medio del camino, el Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-37771154593874540822008-07-09T00:01:00.004-05:002009-02-28T02:08:18.751-05:00Y de pronto una carcajadaCuando menos la esperaba, de la manera más torpe, frente al televisor, veo a uno de los invitados del programa decirle al anfitrión, luego de recibir una prenda de ropa interior de las propias manos de Elle McPherson, “¿Por qué? ¡Si eres el único hombre en Inglaterra que no la podrá aprovechar!”. Y de pronto, una carcajada se escapa de entre mis dientes. Aflora. Se suelta. Retumba. Y por un Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-21626522545209054782008-03-26T01:00:00.002-05:002008-03-26T01:08:40.192-05:00Materializaciones ingenuas de la esperanzaDe pronto el movimiento se organiza, y todos voltean en la misma dirección. Algunos se ponen de pie. Otros, los que nunca se sentaron, avanzan rápidamente. Los rostros cambian de expresión luego de una hora de espera: El avión estaba llegando. Quienes hablaban por teléfono realizando coordinaciones para poder partir por tierra hacia alguna ciudad costera, y desde ahí abordar un vuelo rápido y Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-16007433427307855152008-03-26T00:48:00.003-05:002008-03-26T00:59:25.056-05:00La relativa condición de lo que vivimos Una gota de lluvia golpea mi hombro, haciendo un ruido seco y luego se desvanece. “Te dije que iba a llover” comenté a mi anfitriona, que acababa de decirme que las nubes negras eran parte del paisaje y que el viento estaba en contra. “Cuestión de suerte” debió haber pensado mientras asentía con la cabeza. “Hace un par de días llovió en Lima, y eran gotas grandes, una lluvia de verdad” comenté Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5052781325974761976.post-80562611649634907242008-02-29T00:01:00.003-05:002008-02-29T00:17:14.159-05:00Reflexiones ante un espejo (parte 2): Los extraños de nuestras memorias Llegué a la ciudad el miércoles por la noche. Había sido un viaje corto y tranquilo, salvo por el salto que supone pasar de los 26 a los 11 grados en cuestión de un par de horas. Entonces, llegar al hotel. La misma persona que me había recibido hacía un mes me esperaba. La misma camisa a cuadros y el mismo gesto de cansancio disimulado. Lo saludé con la cortesía de quien vuelve a ver a un Fernando Loyola Angeleshttp://www.blogger.com/profile/03122164152117151705noreply@blogger.com2