2 de septiembre de 2009

Deberías saber por qué... (Relato inconcluso en tres escenas)

Escena 1
Lo vi a través de las cámaras de un noticiero que me resultaba completamente nuevo, tocando por primera vez luego de meses, en un pequeño escenario, en medio de una plaza que no era para nada el lugar en el que me lo había imaginado. Y allí estaba, volviendo a la vida, habiéndole ganado a quien lo tuvo prisionero por décadas. Era él. O quizás no. Quizás era alguien nuevo, a quien nunca había conocido.


Escena 2
La cola para las entradas había sido muy larga. El buen César, que simplemente lo detesta, se había comprometido a comprárnoslas usando su tarjeta de crédito, por el descuento. Y allí estuvo, de pie, avanzando de a poquitos, hasta que yo llegué, cuando sólo faltaban tres personas en la cola. Me dijo: "Hoy se acaba el descuento para Laura Pausini también. Debe ser por ella..." Quizás tenía razón. Entradas en mano, le propuse ir por comida japonesa, para cambiar el sabor del momento. A mí me sabía a gloria.


Escena 3
El Dr. Reaño publicó en su Facebook el vídeo oficial de "Deberías saber por qué". de primera vista, entre tantas actualizaciones, no le hice mucho caso, a fin de cuentas, a veces Reaño postea cosas raras, me dije, pero no me esperaba esta sorpresa. Y allí estaba yo. En una pieza. Mirando a este hombre nuevo, articulando frases simples pero de una fuerza contundente, ensayando acordes habituales, pero con un aire nuevo. Era él. Y ya sin conocerlo, pero empezando a conocerlo, me llené de alegría.

¿A quién admiras tú? ¿Y qué parte llegaste a odiarle? ¿Qué te impidió divinizarlo a pesar de la insistencia de otros menos exigentes que tú? ¿Y qué si un día esa parte deja de existir? ¿Y qué si la alegría rotunda brota desde dentro, por alguien a quien ni siquiera conoces? ¿No valdría la pena igual saltar, gritar, llorar? La sensación es indescriptible, tanto, que valdría la pena repetirla.

¿Y por qué no admirar entonces a un cualquiera que nos rodea, y alegrarnos por su mejoría, por su nueva sonrisa, por su cambio de ojos, por su vuelta al mundo?

Las alegrías, todas, vienen envueltas en papel de regalo.

Say no more.

No hay comentarios: